sábado, 25 de julio de 2009

Luis David dijo:

Bienvenido Iván.

Estamos en tu terreno... aijos, aijos.

Muy buena tu reseña. Bien documentada y llena de nombres grandotototes (creo que a eso se le llama "argumentos de autoridad"... "si lo dice fulanito debe ser cierto." ) Lo tomaremos en cuenta, je je.

La apreciación cinematográfica, como muchas veces lo hemos platicado, es un ejercicio solitario por subjetivo. Todo el arte es así. Por eso, en aras de la buena salud mental, ponemos por delante un juicio enteramente personal: me gusta o no me gusta, sin que esto abone a la validez de la obra en sí.

Una obra de arte, y una película lo es (otro asunto son los niveles y las categorías), puede ser muchas cosas a la vez: educativa o falsa, bella o fea, divertida o triste, dramática o plana, hermosa o repulsiva, hilarante y hasta aburrida. Lo bueno es que ninguna de estas cosas definen su función, tan solo sus posibilidades.

Hay quien define el arte como una expresión de la belleza, y esta es una forma válida aunque limitada de verlo porque deja fuera todo aquello que no quepa dentro de ciertos cánones de belleza. Para ponerlo en términos cinematográficos: ¿sería entonces mejor Romeo y Julieta de Zeffirelli que Naranja Mecánica de Kubrick? (Cuando menos, más hermosa sí lo es.) O peor aún, ¿Un hombre y una mujer de Claude Lelouch es más artística que Masacre en Texas de Tobe Hooper? Y qué tal Sueños de Abril de Mike Newel contra Perros de Reserva de Quentin Tarantino. ¡Ufff! Hasta me dan escalofríos. Puras manzanas contra peras. Es como comparar a Rembrandt con Renoir, o más jodido aún, con Picaso (o al picapiedras de Miguel Ángel con Henry Moore.)

Digamos entonces que la belleza define una forma de arte, pero no "El Arte".

Ahora bien, ¿el cine puede ser tan sólo entretenimiento y palomitas? ...yo podría vivir con esa culpa en mi conciencia. No creo que el cine deba ser tan solo una cosa, cualquier cosa, pero tampoco lo descarto.

En mi lista de filmes favoritos tengo incluida toda la zaga de Star Wars, la de Indiana Jones, la de James Bond, la primera época de Cantinflas, la de Viruta y Capulina, y compato contigo mi afición a las películas del Santo. También me han platicado que la zaga de X-Men y la de Transformers son bastante divertidas ( y ya tirado a la perdición, tengo que admitir, con la cara roja de la verguenza, que me divertí horrores con Blanca Nieves y los Siete Churin Churín Funflais.) No incluiría Apocalypto en esta lista, pero de que me gustó, me gustó. Qué horror. No siento que alguna de estas películas caiga en la categoría de las que educan, critican o de a perdis me muevan "algo" para hacer análisis... pero me divierten un chorro.

¿El cine educa? Claro que sí. ¿Debe ser esa su función? No lo creo. Es muy limitante ponerle una camisa de fuerza de ese tamaño al arte. Eso intentaron Stalin y Mao con el Realismo Socialista y la Revolución Cultural: el arte sólo era válido si servía para educar al pueblo (en México unos acelerados se aventaron la puntada de decir que "no hay más ruta que la nuestra") Además, ¿quién define lo bueno y lo malo? y ¿cuáles son las cosas que una película puede decir y cuáles son falsas y no deben estar al alcance de los demás?

Si la SEP o la CNDH contratan a un cineasta para que haga una película educativa, el director es el que va a decidir el tono, el lenguaje y el nivel de arte que vaya a quedar en el film. Al final veremos si le salió una buena obra didáctica o un panfleto.

El hecho es que el arte no tiene compromisos con la verdad ni con la corrección política. Apocalypto no me ofendió, tan sólo me divirtió. David W. Griffith inventó el lenguaje cinemátografico y una de sus obras representativas es: "El Nacimiento de una Nación", una abrumadora apología del racismo y del Ku Klux Klan. Está considerada entre las obras maestras de la cinematografía mundial y mucha gente se ofendió cuando la proyectaron (y se sigue ofendiendo), pero eso no le resta grandeza.





Apocalypto no entra en mis cánones de cine de arte. Mel Gibson es un muy buen contador de historias (sus historias.) Sabe manejar el tiempo, el ritmo, la fotografía, la música, la ambientación y a sus actores. Sabe manipular a los espectadores para ponerlos en donde él los quiere (y cualquier director al que le falle esto, no merece la existencia) Yo, como Alex de Large, disfruté las chicotizas de La Pasión de Cristo. Me pareció una película bien dirigida, bien ambientada y bien fundamentalista. Imagínate qué tan bien contada y convincente era que todo el cine se la pasó chillando y rezando por el sufrimiento de diositosanto. No lo anotaría en mi lista de directores favoritos... aunque uno nunca sabe. La carne es débil.

besos y abrazos para todos
luis david

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