sábado, 25 de julio de 2009

Luis David dijo:

Querido José Luis:

Ya que nos pusimos nostálgicos, dejame compartir algunas sabrosas pláticas que hemos tenido con Iván.

Le contaba que muchos de los ahora considerados monstruos del cine, eran los que hacían las películas que ibamos a ver los niños, entre gritos y sudor, a la matiné de los domingos o al cinito de la escuela. Allí disfrutamos, sin saberlo, a Akira Kurosawa y a John Ford. Quién diría que años más tarde los íbamos a poner en el altar de nuestros mayores y a prenderles veladoras.

Recuerdo la tarde enfebrecida en la que me metí subreptíciamente (quiere decir sin el permiso de mi mamá) al Cine Colonial a ver "Barba Roja" de Kurosawa (que por el título yo creía que era una de piratas, pero que mostraba en los carteles que, en alguna escena, salía una mujer desnuda.)

Salí del cine con los ojos cuadrados y el alma en vilo. No entendí lo que había visto pero me perturbó el espíritu durante buen tiempo. En una de las escenas, el doctor Barba Roja opera sin anestesia a una mujer (desnuda, por supuesto.) En el fragor de los gritos de dolor y desesperación se le veían las chichis, pero nada que ver con mi infantil y morbosa curiosidad.



Hasta la fecha es una de mis películas predilectas. Te la recomiendo.

Así fué como vimos, muy al descuido, algo de la obra de De Sica, Kubrick, Houston, el Indio Fernández y otros grandes. Asímismo disfruté las aventuras del Charro Negro, El Látigo Negro y Fray Escoba. También me volví fanático de Viruta y Capulina y de Buster Keaton.

Todavía volteo con amor hacia aquellos buenos tiempos en los que yo era joven e indocumentado.

besos y abrazos para todos
luis david

No hay comentarios: